El telescopio espacial James Webb de la NASA ha capturado un paisaje lleno de estrellas de los pilares de la creación.
Todo el mundo siente algo cuando está en un sitio desde el que se ven muy bien las estrellas en una noche especialmente estrellada y mira hacia arriba y ve esto. El físico Enrico Fermi también sintió algo: ”¿Dónde está todo el mundo?”...
Una colección de 20 imágenes que hicieron historia en diversos campos de la ciencia.
Cuando dices la palabra "yo", probablemente entiendes bastante claro lo que eso significa. Pero cuando te detienes y realmente piensas en ello por un minuto, y reduces a su núcleo al "YO" , las cosas comienzan a ponerse bastante extrañas.
Cada 50–100 millones de años, en la Tierra se produce la muerte masiva de hasta el 95 % de todas las especies que la habitan. Los científicos están de acuerdo en que ahora estamos en proceso de experimentar otra extinción. Y, por eso, algunos expertos creen que salvar las especies que peligran en estas circunstancias no tiene sentido, porque todo debe seguir su propio curso.
John Ronald termina de revisar el texto, tacha con su pluma los errores y lo puntúa con la precisión milimétrica que le caracteriza. Lo deja a un lado, es el vigesimoquinto examen que corrige y su mente empieza a cansarse. Algo le hace volver a los exámenes y, sobre el primero del montón, plasma con su pluma una pequeña idea: “En un agujero en el suelo, vivía un hobbit”.
El telescopio espacial James Webb de la NASA ha capturado un paisaje lleno de estrellas de los pilares de la creación.
El primer resultado importante de la Misión Kepler sobre TrES-2b es un albedo geométrico extremadamente bajo medido en 2011, por lo que lo hace el más oscuro exoplaneta conocido. Si todo el contraste día-noche se debiera al albedo geométrico, sería de 2.53%, pero el modelado sugiere que mucho de esto es la emisión del lado diurno y el verdadero albedo es mucho menor. Se estima que es menos de 1% y para el modelo que mejor se ajusta es de aproximadamente 0,04%.6 Esto hace que TrES-2b sea el exoplaneta más oscuro conocido, que refleja menos luz que el carbón o la pintura acrílica negra. No está claro por qué el planeta es tan oscuro. Una razón podría ser la ausencia de nubes reflectantes, como las que hacen que Júpiter sea tan brillante, debido a la proximidad de TrES-2b a su estrella madre y la consiguiente alta temperatura. Otra razón podría ser la presencia en la atmósfera de sustancias químicas que absorben la luz, como el sodio vaporizado, el potasio o el óxido de titanio gaseoso. En general, se espera que los Júpiter calientes sean oscuros, porque "se cree que la absorción debida a las amplias alas de las líneas D de sodio y potasio dominan sus espectros visibles". Aparte de la de Kepler-7b (38 ± 12%), las mediciones de albedo para Júpiter calientes generalmente solo han dado límites superiores.
J.R.R Tolkien fue el artífice de uno de los universos más épicos y extensos de toda la literatura existente. Su habilidad para construir un mundo tan vasto como lo es la Tierra Media y otros continentes inventados por él sigue siendo una hazaña increíble hoy en día. Todos los habitantes del imaginario de Tolkien, incluso las criaturas más raras que aparecen en solo algunas páginas en sus libros, tienen una historia de fondo que se vincula con otras razas y hace de su obra una experiencia compleja y a la vez gloriosa.
De hecho, las descripciones, los bocetos y las notas detalladas de Tolkien son tan específicos que configuró por completo las diferentes criaturas y cómo serían. Lástima que nunca vivió para poder verlas en la gran pantalla.
Si bien la mayoría de fans suelen estar más familiarizados con las adaptaciones cinematográficas de Peter Jackson, las sagas de El Hobbit y El Señor de los Anillos (que ocupan principalmente los eventos de la Guerra del Anillo) eso es solo la punta del iceberg. Tanto los viajes de Bilbo como de Frodo Bolsón, esos hobbits amantes de la comodidad, que por motivos del destino son enviados en complicadas misiones a lo largo de la Tierra Media ocurren en lo que Tolkien define como la Tercera Edad.
¿Qué quiere decir eso? Que en las películas se han obviado siglos de historia que ya han tenido lugar cuando la mayoría de nosotros nos familiarizamos por primera vez con Arda y su gente. Arda, para quien no haya leído El Silmarillion, es como el autor llama a su versión ficticia de la Tierra, que abarca tanto la Tierra Media como Valinor, el reino oriental al que parten los Elfos al final de El Retorno del Rey.
Tolkien se inspiró en la historia, la mitología, la filosofía y las religiones del mundo, así como en sus propias experiencias luchando en la Primera Guerra Mundial para crear su mundo de fantasía y sus habitantes. "Hay un anillo para gobernarlos a todos". Pero, ¿quiénes son "todos"? La diseñadora Elena Fever ha traducido y adaptado una infografía preciosa sobre esas criaturas que habitan el imaginario de Tolkien.
Puedes ver el gráfico en su máxima resolución aquí.
En ella encontramos desde elfos, la más antigua y noble de las razas hablantes de la Tierra Media, los primeros hijos de Eru Ilúvatar en venir al mundo y más tarde encontrados por los Valar, como los enanos, también llamados Naugrim, Khazâd y Gonnhirrim: grandes conocedores de la minería y orfebrería y poseedores de una gran longevidad. O los orcos, una raza de criaturas humanoides concebida por Morgoth y que originalmente le sirvieron. Más tarde servirían a su sucesor, Sauron, en su búsqueda por hacerse con el anillo único y dominar la Tierra Media.
Sin embargo, el gráfico no incluye muchas otras criaturas como los Maiar y los Valar, los seres más poderosos del universo de Tolkien. Descendientes de los espíritus mágicos, la mayoría de estos magos de la Tierra Media se trasladaron a las Tierras Imperecederas de Valinor, donde existen como energía pura que nunca puede ser destruida. Aunque hay otros Maiar que adoptaron formas humanas para ayudar al bien o al mal.
Puedes ver el gráfico en su máxima resolución aquí.
Por suerte, la diseñadora Elena Fever ha creado un gráfico donde sí aparecen todas estas criaturas y razas. Por ejemplo, los Nazgûl, que en lengua negra significan "Espectros del Anillo" y eran sirvientes del señor oscuro Sauron. Originalmente grandes guerreros de los Hombres a los que les dieron los nueve anillos de poder que les hicieron inmortales. Sin embargo, eventualmente los corrompieron. La infografía se completa con todo tipo de bestias como las arañas, trolls, huargos, y cada una de las razas de elfos, humanos, enanos y orcos.
Ahora que la serie de Amazon Prime Video Los Anillos de Poder nos ha hecho volver a la Tierra Media y esta semana concluye su primera temporada, estos gráficos son una buena manera para ampliar nuestra comprensión sobre este extenso y vasto universo ficticio.
Gráficos traducidos y adaptados por Elena Fever.
FUENTE: Xataca
Hace casi 500 años, el cartógrafo flamenco Geradus Mercator produjo uno de los mapas más importantes del mundo.
Ciertamente no fue el primer intento de crear un atlas mundial, y tampoco fue particularmente preciso: Australia está ausente y las Américas están dibujadas de forma aproximada.
Desde entonces, los cartógrafos han producido versiones cada vez más precisas de esta configuración continental, corrigiendo los errores de Mercator, así como los sesgos entre hemisferios y latitudes creados por su proyección.
Pero el mapa de Mercator, junto con otros producidos por sus contemporáneos del siglo XVI, reveló una imagen verdaderamente global de las masas terrestres de nuestro planeta, una perspectiva que, desde entonces, ha persistido en la mente de la gente.
Lo que Mercator no sabía es que los continentes no siempre han estado posicionados de esta manera. Él vivió alrededor de 400 años antes de que se confirmara la teoría de la tectónica de placas.
Al mirar las posiciones de los siete continentes en un mapa, es fácil suponer que están fijos. Durante siglos, los seres humanos han librado guerras y hecho la paz por conquistar estos territorios, bajo el supuesto de que su tierra, y la de sus vecinos, siempre ha estado allí y siempre lo estará.
Sin embargo, desde la perspectiva de la Tierra, los continentes son hojas a la deriva en medio de un estanque. Y las preocupaciones humanas son una gota de lluvia en la superficie de la hoja.
Los siete continentes alguna vez estuvieron reunidos en una sola masa, un supercontinente llamado Pangea. Y antes de eso, hay evidencia de otros que se remontan a más de tres mil millones de años: Pannotia, Rodinia, Columbia/Nuna, Kenorland y Ur.
Los siete continentes alguna vez estuvieron reunidos en una sola masa, un supercontinente llamado Pangea. |
Los geólogos saben que los supercontinentes se dispersan y ensamblan en ciclos: ahora estamos en la mitad de uno.
Entonces, ¿qué tipo de supercontinente podría existir en el futuro en la Tierra? ¿Cómo se reorganizarán las masas de tierra tal como las conocemos a muy largo plazo?
Resulta que hay al menos cuatro trayectorias diferentes que podrían seguir. Y muestran que los seres vivos de la Tierra algún día residirán en un planeta muy diferente, más parecido a un mundo alienígena.
Para el geólogo Joao Duarte de la Universidad de Lisboa, el camino para explorar los futuros supercontinentes de la Tierra comenzó con un evento inusual en el pasado: un terremoto que sacudió Portugal un sábado por la mañana en noviembre de 1755.
Fue uno de los terremotos más poderosos de los últimos 250 años, que dejó un saldo de 60.000 muertos y provocó un tsunami a través del océano Atlántico. Lo que lo hizo particularmente raro fue su ubicación.
"No debería haber grandes terremotos en el Atlántico", dice Duarte. "Fue extraño".
Ilustracion del terremoto de Lisboa de 1755. |
Los terremotos de esta escala generalmente ocurren en o cerca de las principales zonas de subducción, donde las placas oceánicas se sumergen debajo de los continentes y se derriten y consumen en el manto caliente.
Involucran colisión y destrucción. El terremoto de 1755, sin embargo, ocurrió a lo largo de un límite "pasivo", donde la placa oceánica que subyace al Atlántico se transforma suavemente en los continentes de Europa y África.
En 2016, Duarte y sus colegas propusieron una teoría de lo que podría estar pasando: los puntos de sutura entre estas placas podrían estar deshaciéndose y podría estar avecinándose una ruptura importante.
"Podría ser una especie de mecanismo infeccioso", explica. O como el vidrio que se astilla entre dos pequeños agujeros en el parabrisas de un automóvil.
Si es así, una zona de subducción podría estar a punto de extenderse desde el Mediterráneo a lo largo de África occidental y tal vez más allá de Irlanda y Reino Unido, generando volcanes, formación de montañas y terremotos en estas regiones.
Duarte se dio cuenta de que, si esto sucede, podría provocar el cierre del Atlántico. Y si el Pacífico continuara cerrándose también, lo que ya está ocurriendo a lo largo del "Anillo de Fuego" que lo rodea, eventualmente se formaría un nuevo supercontinente. Lo llamó Aurica, porque las antiguas masas de tierra de Australia y las Américas se ubicarían en su centro.
Se vería así:
Aurica, el supercontinente que podría formarse si el Atlántico y el Pacífico se cerraran |
Luego de que Duarte publicara su propuesta para Aurica, se preguntó por otros escenarios futuros. Después de todo, la suya no era la única trayectoria supercontinental que habían propuesto los geólogos.
Entonces, comenzó a conversar con el oceanógrafo Matthias Green, de la Universidad de Bangor, en Gales. La pareja se dio cuenta de que necesitaban a alguien con habilidades computacionales para crear modelos digitales.
"Esa persona tenía que ser alguien un poco especial, a quien no le importara estudiar algo que nunca sucedería en escalas de tiempo humanas", explica.
Esa resultó ser su colega Hannah Davies, otra geóloga de la Universidad de Lisboa. "Mi trabajo consistía en convertir dibujos e ilustraciones de geólogos anteriores en algo cuantitativo, georreferenciado y en formato digitalizado", explica Davies. La idea era crear modelos que otros científicos pudieran desarrollar y perfeccionar.
Pero no fue sencillo. "Lo que nos ponía nerviosos es que se trata de un tema increíblemente nuevo. No es lo mismo que un artículo científico normal", dice Davies. "Queríamos decir: 'Está bien, entendemos mucho sobre la tectónica de placas después de 40 o 50 años. Y entendemos mucho sobre la dinámica del manto y todos los demás componentes del sistema. ¿Hasta dónde podemos llevar ese conocimiento al futuro?'".
Esto llevó a cuatro escenarios. Además de modelar una imagen más detallada de Aurica, exploraron otras tres posibilidades, cada una de las cuales se proyecta hacia el futuro en aproximadamente entre 200 y 250 millones de años a partir de ahora.
El primero fue lo que podría pasar si continúa el statu quo: el Atlántico permanece abierto y el Pacífico se cierra. En este escenario, el supercontinente que se forma se llamará Novopangea. "Es el más simple y el más plausible según lo que entendemos ahora", dice Davies.
Novopangea se formará si la actividad tectónica conocida hoy continúa sin sorpresas |
Sin embargo, también podría haber eventos geológicos en el futuro que conduzcan a situaciones diferentes.
Un ejemplo es un proceso llamado "ortoversión" donde el océano Ártico se cierra y el Atlántico y el Pacífico permanecen abiertos. Esto cambia las orientaciones dominantes de la expansión tectónica, y los continentes se desplazan hacia el norte, todos dispuestos alrededor del Polo Norte, excepto la Antártida.
En este escenario, se forma un supercontinente llamado Amasia:
Si se forma Amasia, será porque los continentes se desplazaron hacia el norte |
Finalmente, también es posible que la expansión del lecho marino en el Atlántico pueda disminuir. En el medio del océano, hay una cresta gigante que divide dos placas y atraviesa Islandia hasta el océano Antártico.
Aquí, se está formando nueva litosfera, que es como una cinta transportadora. Si esta expansión se ralentizara o se detuviera, y si se formara un nuevo límite de placa en subducción a lo largo de la costa este de las Américas, se obtendría un supercontinente llamado Pangea Ultima, que parece un enorme atolón:
Pangea Ultima se vería rodeado por un gran océano, pero tiene un mar central dentro |
Estos cuatro modelos digitales ahora significan que los geólogos tienen una base para probar otras teorías. Por ejemplo, los escenarios podrían ayudar a los científicos a comprender los efectos de diferentes arreglos supercontinentales en las mareas, así como el clima del futuro profundo: ¿cómo sería el clima en un mundo con un océano enorme y una masa terrestre gigante?
Para modelar el clima de un supercontinente, "no se pueden usar los modelos del IPCC [Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático], y punto, porque no están diseñados para eso", dice Duarte. "No puedes cambiar las variables que necesitas cambiar".
Los modelos de los futuros supercontinentes de la Tierra también pueden servir como indicador para comprender el clima de los exoplanetas. "La futura Tierra es completamente ajena", explica Davies. "Si estuvieras en órbita sobre Aurica, o Novopangea, probablemente no lo reconocerías como la Tierra, sino como otro planeta con colores similares".
Esta idea llevó al trío a colaborar con Michael Way, físico del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA. Él y sus colegas buscan estudiar climas en mundos alienígenas modelando las variaciones del nuestro a lo largo del tiempo.
"Solo tenemos tantos ejemplos de cómo puede verse un clima templado. Bueno, tenemos un ejemplo para ser honesto: la Tierra, pero tenemos la Tierra a través del tiempo", dice Way. "Tenemos los escenarios del pasado, pero al movernos hacia el futuro y usar estos maravillosos modelos tectónicos para el futuro, esto nos brinda otro conjunto para agregar a nuestra colección".
Necesitas tales modelos porque puede ser difícil saber qué buscar al analizar exoplanetas potencialmente habitables desde lejos.
¿Qué tipo de configuración continental podrían tener los mundos extraterrestres rocosos? |
Lo ideal sería saber si un planeta tiene un ciclo de supercontinente, porque la presencia de vida y la tectónica de placas activas podrían estar entrelazadas. El posicionamiento continental también podría afectar la probabilidad de agua líquida.
A través de los telescopios, no se pueden ver los continentes y la composición atmosférica solo se puede inferir. Entonces, los modelos de variaciones climáticas podrían revelar alguna señal indirecta que los astrónomos podrían detectar.
El modelo de Way de los climas del supercontinente -que se demoró meses usando una supercomputadora- reveló algunas variaciones sorprendentes entre los cuatro escenarios.
Amasia, por ejemplo, conduciría a un planeta mucho más frío que el resto. Con la tierra concentrada alrededor del Polo Norte y los océanos menos propensos a llevar corrientes cálidas a latitudes más frías, se acumularían capas de hielo.
Aurica, por el contrario, sería más suave, con un núcleo seco pero con costas similares a las de Brasil hoy día, con más agua líquida.
Un planeta con una configuración continental diferente, tendría otro clima. |
Es útil saber todo esto, porque si un exoplaneta similar a la Tierra tiene placas tectónicas, no sabremos en qué etapa del ciclo del supercontinente se encuentra actualmente y, por lo tanto, necesitaremos saber qué buscar para inferir su habitabilidad.
No debemos suponer que las masas terrestres se dispersarán, a mitad de ciclo, como la nuestra.
En cuanto al futuro de nuestro propio planeta, Davies reconoce que los cuatro escenarios de supercontinentes que han modelado son especulativos, y puede haber sorpresas geológicas imprevistas que cambien el resultado.
"Si tuviera una Tardis para ir a ver, no me sorprendería que, en 250 millones de años, el supercontinente no se pareciera en nada a ninguno de estos escenarios. Hay tantos factores involucrados", dice.
Sin embargo, lo que se puede decir con certeza es que las masas de tierra que damos por sentadas algún día se reorganizarán en una configuración completamente nueva.
Los países que alguna vez estuvieron aislados unos de otros serán vecinos cercanos. Y si la Tierra aún alberga seres inteligentes, podrán viajar entre las antiguas ruinas de Nueva York, Pekín, Sídney y Londres sin ver un océano.
FUENTE: BBC News
Así lo asegura Lierre Keith, autora de 'El mito vegetariano', que sostiene que, frente a la creencia de los veganos, la agricultura está haciendo un daño incalculable al planeta
"La agricultura es carnívora: lo que come son ecosistemas y los ingiere enteros", explica la escritoria, quien fue vegana 20 años... hasta que su dieta le pasó factura
Ni fertilizantes ni antibióticos: así es el granjero más revolucionario del mundo
LOS VEGANOS NO ENTIENDEN QUE LA AGRICULTURA ES LO MÁS DESTRUCTIVO QUE LOS HUMANOS LE HAN HECHO AL PLANETA Lierre Keith, autora de 'El mito vegetariano'
LA AGRICULTURA ES CARNÍVORA: LO QUE COME SON ECOSISTEMAS Y LOS INGIERE ENTEROS. ES UN BIOCIDIO. CADA PEQUEÑA PORCIÓN DE ALIMENTO ESTÁ CARGADA DE MUERTE
Guy Stewart Callendar, ingeniero especialista en tecnología de vapor, tomó la meteorología como un pasatiempo y fue el primer en descubrir que la temperatura del planeta había aumentado |
Los huracanes y las mareas altas son otras de las consecuencias del aumento de la temperatura global |