No se les ocurría vender contrabando o distribuir pasta base. No señor, era gente que tenía un oficio o disposición para aprenderlo. No estamos hablando de los vendedores ambulantes, sino de gente con una profesión pero con la desgracia de carecer de capital de giro. Aún así, criaron sus hijos y como Giuseppe el remendón, los hicieron universitarios. Algunos hijos fueron reconocidos por el sacrificio, pero otros no lo fueron para nada. Si tenés algún hijo o nieto que no quiera estudiar, contales el esfuerzo de estos héroes cuando un título universitario estaba fuera de la imaginación del más optimista.
Alberto Moroy se tomó el trabajo de recopilar algunos de esos viejos oficios y hasta nos reencontró con Fosforito, el más querido entre nuestros trabajadores callejeros del pasado. Aquella gente no caía tan bajo como para vender pasta base ni asaltar a un almacenero, tenían otro ingenio y otra idea de cómo crear un nuevo servicio cuando no había laburo, o cuando lo hubiera si lo que hacían les gustaba.
Algunos viejos oficios:
Este cuadro fue pintado por Benjamín Franklin Razón, pintor sanjuanino (Arg.), alrededor de 1860, su titulo es “El escobero”. Sesenta años antes, durante el Virreinato, este oficio era habitual y asi lo dejaron plasmado estos cánticos de los buhoneros: Yo soy el negrito Tinto /que siempre pasa por acá / vendiendo escobas y plumeros / y nadie me quiere comprar. Aquí llega el escobero que la quiere ayudar, mis escobas y plumeros si que barren de verdad.¡Escoba, escobillón para limpiar el piso del gran salón!¡Plumeros y cepillos,escobas, escobillones para limpiar el piso de salitas y salones!.Traigo escobas de calidad ¡para que brille la libertad!
¡Escobero! para barrer al virrey…no hay como las escobas de Miguel! ¡Escoberoooooo!
Además de los mencionados abajo, habia otros como el sillero, mimbrero, herrero, ceramistas, panadero etc , de los vendedores ambulantes nos ocuparemos en otro artículo.
Afilador año 1900 Afilador y paragüero 1917 / Afilador 1960 /Siringa (chiflo) |
Todavía retengo en la memoria a uno en Carrasco, ya bastante mayor, que arrastraba una especie de carretilla de madera de color gris, con una rueda de carro como la que se ve abajo. Esa modalidad era habitual en todas partes, hasta del advenimiento de la bicicleta, ya que necesitaban una rueda grande para multiplicar la velocidad de su piedra de afilar a una velocidad tal que permita desbastar sin rayar o destemplar el metal. Cuando el uso de la bicicleta se hizo popular, esta reemplazo a la “carretilla”. Usando la rueda de menor diámetro adosada a la trasera pero mas veloz, gracias a los pedales.
La melodía de su Siringa (chifle) era espectacular, su idioma poco entendible, aunque hoy sabemos que hablaban gallego y muchas veces entre ellos, un lenguaje propio, que se llama BARALLETE y está basado en el gallego hablado en Orense, que se encripta con la sustitución de palabras habituales por otras inventadas y sin ninguna conexión lingüística con ella (mas o menos como el jeringoso). Era imposible para un profano entender esta conversación. Otrora eran arregladores de paraguas y castradores, pero se ve que la adaptación al medio, los llevo a ejerce solo el oficio de afilador. Seguro que no vieron un Chiflo como el de la foto (abajo de madera). Si bien el afilador todavía esta presente, el sonido de su chiflo ni se le parece y su trabajo se halla totalmente “devaluado”.
Barallete: http://gallegosporelmundo.wordpress.com/2010/01/16/barallete/
Sonido flauta afilador http://www.archive.org/details/SonidoFlautaAfilador
Afilador moderno ¡¡¡muy bueno!!! http://www.youtube.com/watch?v=L9m3UNHkby0&feature=related
Colchonero
Medio siglo atrás, era habitual ver a un colchonero cardando la lana de algún colchón de la familia. El trabajo se hacía en el patio o en la terraza: se desarmaba un extremo del colchón y se sacaba toda la lana. Tras pasarla por la cardadora, se la dejaba secar. Una vez limpia y desenredada, volvía a introducirla en el colchón. Antiguamente el colchonero acudía a las casas donde solicitaban sus servicios y allí limpiaban los colchones de lana, que consistía en descoser la tela del colchón, sacar la lana, cardar, una vez que la tela del colchón estaba limpia proceder al llenado, coser primero la boca de la tela y después todo el perímetro del colchón, lo que es conocido como burlete, todo ello un trabajo completamente artesanal.
Maquina cardadora de lana / Cosiendo un colchón en la parrilla de colchonero |
El zinguero
El zinguero hacía sus reparaciones en su pequeño taller ( famoso era la hojalatería y zinguería de Piendibene Hermanos, en la calle Chucarro en Pocitos) o en la calle. Luego de examinar el cacharro, limpiaba la zona a reparar con una lima o papel de lija, dejándola brillante y luego le pasaba un pincelito con ácido muriático rebajado. Le aplicaba parafina para, posteriormente, con un soldador casi al rojo vivo, derretir con cuidado estaño de la barrita hasta cubrir el agujero. Es un oficio hoy casi desaparecido. en los hogares los objetos de zinc prácticamente no existen, reemplazados por los de material plástico.
El zapatero
No hace mucho que aún existía el zapatero remendón, con su figura sentada en una banqueta, de sol a sol. Ante él figuraba una pequeña y vieja mesilla de poco menos de medio metro de altura, llena de los útiles del oficio: leznas, clavetas, pedazos de vidrios, agujas, hilos encerados con pasta llamada cerote, trozos de astas rellenos de engrudo y cajas y latas rellanas de betún. Otros, los que iban de puerta en puerta, prácticamente trabajaban sin nada (como el de la foto de abajo), solo llevaban lo portable y sí una bigornia o yunque de zapatero que vista hoy seria una curiosidad.
Bigornia de zapatero |
Primer foto de Louis Daguerre1839 (Fr.) /Ampliación / Lustra botas 1890 |
Lo primero que sorprende es… que vacía está esa calle en pleno París!…luego, pensándolo mejor, uno puede comprender que la calle en realidad puede haber estado abarrotada de gente, caballos y carruajes moviéndose de un lado para el otro, solo que la bajísima sensibilidad de la emulsión usada (recuerden los 10 minutos requeridos de exposición) harían imposible captar a las personas moviéndose…. ¡Excepto una! Aquella que está parada en la zona inferior izquierda de la imagen, con las manos en la espalda y su pié apoyado sobre algo…Como supo esa persona que debía quedarse 10 minutos quieto para salir impresa en la imágen?. Bueno, no lo supo nunca…en realidad, solo estaba haciéndose lustrar los zapatos…Esos 10 minutos de lustrada, fueron suficientes para alcanzar un raro logro: ser la primera persona fotografiada en la historia…
Ref. http://www.macusergroup.com.ar/foro/showthread.php?t=21084
¡Con qué le sacaban brillo!
Durante cientos de años se utilizaron numerosas sustancias con este fin, inicialmente productos naturales como ceras o sebo. La popularidad del producto creció a partir del siglo XIX en forma paralela para calzados de cuero y sintéticos: las Guerras Mundiales significaron un importante crecimiento de la demanda a fin de lustrar las botas de los ejércitos. Una de las marcas más difundidas a nivel mundial es Kiwi, cuya fábrica se fundó en Australia en 1904. Las fórmulas modernas comenzaron a fabricarse a principios del siglo XX, con una composición que incluye ingredientes naturales y sintéticos tales como nafta, trementina, tintes y goma arábiga, mezclados mediante procesos químicos sencillos.
El deshollinador
La primera vez que vi uno fue en Buenos Aires, hace muchos años, iba en una moto destartalada, parecía que lo corría el diablo, la galera que llevaba por casco que seguro la tendría atada, le confería un aspecto fantasmagórico. A los costados de la moto llevaba cepillos de todas formas, su cara era totalmente negra, luego supe se la pintaban con corcho quemado, (era parte del marketing).
Las crónicas del año 1928 narran que era un trabajo bastante sucio, pese a la elegancia vetusta de la vestimenta. Montados en sus bicicletas los deshollinadores pedaleaban con una soga de cuarenta metros, un plomo, un cepillo, una cadena y tres baquetas: una larga, una mediana y una corta, además de un cepillito de cerda, de mano, de unos cuarenta centímetros de largo. Así recorrían las calles camino a cumplir con sus tareas, que sin lugar a dudas “facilitaban el ingreso de Papá Noel” por las chimeneas uruguayas ….”En este tipo de trabajo encontramos de todo , comenta nuestro deshollinador, una vez apareció un cajoncito lleno de dólares, aunque bastante chamuscados. En otra oportunidad fue un cofre con 120 gramos de oro. El que limpia encuentra.” “Me metí en un conducto para destapar un codo, entré muy justito. Cuando quise salir no pude. Comencé a escuchar los ruidos que hacía el fogonero al preparar fuego para echar a la caldera, fue entonces cuando empecé a gritar y gritar. Me sacaron los bomberos.”…
Los pelos de la baqueta son alambres retorcidos hechos a mano por el propio deshollinador, sacando esos pelos el cepillo se afloja, hasta que llega a desarmarse totalmente. Con el paso del tiempo, los cambios de hábitos y los adelantos tecnológicos, la combustión producida por el carbón y el petróleo fue perdiendo espacio frente a la producida por el gas (Arg.), con un residuo de hollín cada vez menor.En Montevideo todavía existe este Oficio, aunque seguro el marketing de andar sucio y con galera por la calle ya no se practica. Asi decia un aviso reciente “Deshollinador, limpieza de estufa y chimeneas, limpiamos su estufa, deshollinamos su estufa a leña, trabajo seguro y responsable Disfriute su estufa a leña a full… consúltenos sin compromiso”
Londres 1920
Deshollinadores modernos: http://www.deshollinadores.com/default2.html
Fotógrafo de plaza (Chasirete)
Fue una figura emblemática de las plazas y lugares turísticos y, gracias a su labor, quedaron registrados personajes y costumbres de un tiempo que ya no existe. Los antiguos chasiretes (nombre derivado del chasis de la cámara) o minuteros (por el tiempo que les demandaba una foto) Por disposición municipal, debían vestir guardapolvo y usar sombrero.
Dialogo de aquel entonces:
–Disculpe… ¿Vio al “chasirete”?
–Soy yo. Siéntese que le saco una foto.–¿Pero usted es fotógrafo o “chasirete”?
–Son casi sinónimos… –¡Ahh! ¿Me siento acá?
–Sí, en ese banco, así de fondo sale la fuente. Ahora quédese quieto hasta que yo le avise. Déjeme controlar el tiempo. No se mueva. –¿Falta mucho?
–Unos segundos más y ya estamos. ¡No se mueva! –¿Tanto lío para sacar una foto?
–Soy fotógrafo, no mago. –No entiendo.
–¿Usted piensa que es sentarse, apretar el disparador y lista la foto? –Sí.–Pero déjese de decir pavadas. Esta máquina tiene sus tiempos. Por este agujerito que tiene en el frente captura la imagen que se reproduce en la placa, y como el cajón es oscuro, tengo que dejar varios minutos que entre luz para que toda la imagen se reconstruya en la placa. –¿Y cuántas fotos puede sacar por minuto?
–A veces ni siquiera una. Lleva mucho tiempo. Por eso, además de”chasiretes” nos llaman “minuteros”. –¿Pero al final es fotógrafo o relojero?
–¿Quiere una definición clásica? Soy un fotógrafo minutero que utiliza esta máquina, que se llama de cajón, y saco fotografías artesanales, ambientadas en un determinado lugar de la ciudad,generalmente plazas y paseos. Usted se sienta y yo disparo la foto, la expongo unos minutos y le entrego la copia.
–¿En blanco y negro?
–Sí. ¿La quiere en color? –¡Y claro!
–Bueno, espere que la pinto. –¿Cómo que la va a pintar?
–¿Y qué quiere? ¿Que salga pintada de la máquina? –¡Por supuesto!
–No se puede. ¿Sabe una cosa? La juventud me gusta por eso. Siempre están con locuras en la cabeza, que después terminan en grandes inventos. Atrévase, muchacho, tal vez pueda fabricar una que saque fotos rápido y en colores.
El dialogo ficticio y las fotos son del sitio http://www.magicasruinas.com.ar/revistero/argentina/argentina-fotografos-de-plaza.htm
Peluquero callejero en el Virreinato
Peluquero callejero en el Virreinato/ Peluquería siglo XIX |
Su verdadero nombre era Juan Antonio Rezzano el 12 de diciembre de 1991 se le concedió una pensión graciable. En el 2004 se le hizo un homenaje en Teatro de la Casa de la Cultura de Maldonado. “Con grandes zapatones y bamboleándose como Chaplín caminaba por “18” y se paraba largo tiempo frente a las vidrieras del London-Paris. Trabajo varios años como “hombre sándwich” en Punta del Este y caminando por la Plaza de la OSE tocaba sus castañuelas, lo vio Fito Páez que esa noche se presentaba en la península. Al rato, “Fosforito” acompañaba con sus rítmicos huesitos al talentoso Fito que tocaba en un boliche del puerto de Punta del Este.
Juan Antonio Rezzano (Fosforito) / Bombin, huesitos” rítmicos” |
FUENTE: El País Viajes
No hay comentarios.:
Publicar un comentario